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Autor, miembro de Red Internacional de Escritores

martes, 12 de julio de 2011

"EL MANUSCRITO DE LA ROSA Y SU PERFUME". Escritora: ALMA AIBAR HIDALGO

CRÍTICA LITERARIA DE “EL MANUSCRITO DE LA ROSA Y SU PERFUME”. AUTORA: ALMA AIBAR HIDALGO.

LápizCero Ediciones 2011

Una llamada espiritual a la inspiración compartida.

La consistencia del alma es una realidad de las reflexiones intimistas; cuanto más  se consigue allegar el espíritu conjunto de las inspiraciones, más peso específico trasciende para, prodigiosa y  paradójicamente,  sentirnos más livianos.

 El Manuscrito de la rosa y su perfume, no sólo nos aligera con  la certeza de sus firmes enseñanzas, sino que conecta con la inspiración sólida que logra acercarnos a la virtud de lo invisible, de lo divino, de lo expansivo y lo recogido, para reconocernos en sus palabras que de la mente de Alma se fusionan  con nuestro reconocimiento por la belleza y la funcionalidad de sus sabias disertaciones.
       Este libreto de Amor por lo inspirado, de preciosismo por lo comunicado, no es sólo una virtuosa apreciación estética que nos impregna de dulce arte discursivo, también es una guía compuesta de misceláneas radicadas en conceptos tan importantes que conforman la base espiritual de nuestros denuedos por afianzar el equilibrio que nos integra con el Universo y nos condiciona, humildemente, por ser parte indisoluble de su propósito en el que todos somos meritorios pioneros de nuestros deseos por comprender tan excelsa participación eterna.

De esa consciencia de responsabilidad nos hace dulcemente condueños Alma, quien dona alas a una sensibilidad práctica para que advirtamos el proceso de las Sabidurías que nos pertenecen en el grado evolutivo de lo espiritual, allá donde todos los cabellos están contados y del que todos los buscadores somos conscientes por la sutil llamada que aquieta y nos impulsa a conocer más de nosotros mismos, para ser sabedores de la esencia prodigiosa de nuestros primigenios haberes divinos.

 La armonía, como la productividad inconclusa de la eternidad en nuestros finitos sentidos, la esperanza en la soledad de lo inesperado; el olvido y el recuerdo perenne del agradecimiento a un Padre Sol y una Madre Luna; el amor verdadero como la sustancia unívoca de la misericordia, son conceptos sabiamente tratados con la sencillez que sólo inspira un corazón versado en la experiencia, convertida en un fluir de enseñanza asimilada con el tamiz de la pura observación optimizada para los sentires hondamente expresados y compartidos.

Almudena Aibar Hidalgo (Alma), invita a una reflexión dinámica  porque, desde el regocijo de sus  encuentros con la delicadeza en la instrucción de su espíritu, propala la grandeza de la sencillez y el valor magnánimo de la sublime derivación de los pequeños detalles, aún más valiosos por cuanto pasan inadvertidos, siendo los más importantes en esta totalidad existencial de la que somos dueños por obra de un milagro llamado vida de la que la autora es versada intérprete de sus significados ocultos.
      La hermosa concepción de este anhelo de significación espiritual por compartir, ha concitado la atención de cientos de personas de todo el mundo, por ser un lenguaje universal inteligible para los oídos del espíritu tan lejos en sutiles percepciones del ruidoso tráfago mundanal.

Esta conexión con la reflexión es lo que convierte en emblemática la intención de Alma para comunicar  aquello que le dicta su corazón y de manera tan efectiva para las emociones despiertas que la lectura de este hermoso libro manifiesta de manera tan versátil en las formas como intimista en el fondo…  un fondo con firma de Alma.

Ignacio Fernández Candela

3 comentarios:

  1. una gran critica para una gran obra, m uchos exitos para alma

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  2. Son esos preciosos e inspirados momentos en los que nuestros espíritus se elevan hasta la perspectiva cósmica de las cosas, los que nos liberan de los ridículos límites del necio materialismo. En esos lúcidos instantes es nuestra Alma la que nos ilumina el camino, la que reordena nuestros caóticos pensamientos y la que susurra, con su sobrenatural sabiduría, las eternas verdades a nuestro sensible corazón.
    Los poetas, sabiéndose canales como los profetas, no pueden más que permitir agradecidos el flujo espiritual que, como agua de cristalino torrente, se les rebosa.

    Mi querido amigo poeta, tú eres un gran canal que no se conforma con llevar solo lo suyo, sino que recoge y vuelve a regalar generoso el torrente de cuantos canales se le acercan, multiplicando así la Gracia y su Virtud.

    Es todo un honor contar con tu amable y elegante pluma, para dar alas a las palabras que me susurra mi Alma.

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  3. El honor todo mío, Almudena; gracias por expresarte con tal carisma que tus comunicaciones se convierten en viáticos de esperanza y hermosura para los tiempos convulsos y afeados que se viven.

    Un abrazo.

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