Editorial: Shared Pen. Illinois (EEUU)
Año de edición: 2013
Un largo viaje dimensionado en el alma por la descripción de esas experiencias que engrandecen el corazón. Es ese itinerario previsible de un escritor que sabe apuntalar las emociones con la certeza de una imaginación adaptada a una sorpresiva realidad.
De cuando crucé los Pirineos aglutina la espectacularidad de una descripción excelentemente medida en el ritmo de los acontecimientos y una virtuosa conjunción de recursos narrativos, al trasluz de los recuerdos entrañables que posibilitan la sensación de asistir a la lectura de una gran novela creada con virtuosa sensibilidad.
Desde la reflexión de una conciencia despierta, el lector se adentra en una miscelánea de pensamiento relatado que recorre los acontecimientos históricos sobre los que se levanta la civilización del Siglo XXI, tan duramente forjada tras los acontecimientos de la primera mitad del Siglo XX. Una travesía en el tiempo que compendia las abundancias y las carencias de un mundo insostenible, en apariencia, pero que siempre emerge de sus traumas como si el renacer formara parte de la obligatoriedad de la decadencia.
En cualquier caso, Charneguet (José Rodríguez Gómez), transforma en notorio lo inadvertido con esa entereza de espíritu propia de quien es testigo sin pretender el protagonismo que nubla la naturalidad de lo genuino.
De cuando crucé los Pirineos, es una miscelánea de sensaciones dispares, antitéticas y parejas, un laberinto agradecido del que siempre se sale y otorga la diversión de las orientaciones sin la angustia del extravío. Esta obra excelente es un talismán conformado de las reflexiones más controvertidas con el humor de lo experimentado; un original ejercicio literario capaz de convertir en anecdotario las situaciones más truculentas de las que no hemos de olvidarnos para no repetir nefandas experiencias históricas. Nos lleva la sonrisa al corazón en tanto rememoramos aquellos hechos que deben perdurar en el alma colectiva, para que cobre identidad el sacrificio y la compensación al esfuerzo personal y del mundo que lucha por ser junto a nosotros mismos.
En definitiva, De cuando crucé los Pirineos traspasará las fronteras para quedarse en el íntimo fuero de su lector, con la impresión de haber participado de sus excelencias e identificado con su autor que ágilmente habrá acompañado un viaje cuya lectura es una delicia literaria con carisma, carácter y frescura sorprendentes.
En estas páginas se descubrirá que los Pirineos son las fronteras imaginarias de un universo creativo hecho a medida de nuestros sentimientos, en un orbe donde nuestros semejantes, los verdaderos, son como nosotros mismos.
Ignacio Fernández Candela
Escritor-Crítico literario